“En los comienzos del lenguaje, el hecho de poder dar nombre a las cosas, de poseerlas por medio de la voz, debió tener para el hombre un encanto maravilloso y en alguna forma oculto. El mundo comenzó a ser dominado en virtud de la palabra. Es revelador que en las viejas historias existan palabras mágicas que abren puertas, destruyen obstáculos, rinden voluntades y cuyo secreto no se explica jamás. El prestigio ancestral de la palabra revive ante las voces extrañas, como si su particular sonido abriera puertas cerradas en el alma.”
CIRO ALEGRÍA
CIRO ALEGRÍA
Son múltiples los interrogantes sobre el origen del lenguaje y las explicaciones sobre la manera como él surgió. El lenguaje existía ya en la Prehistoria. Preguntas que generan inquietud y fascinación, interrogantes que han dado lugar a experimentos y a fuertes controversias. Durante el siglo XIX, las controversias sobre el origen del lenguaje llegaron a tal punto que en 1866 la Sociedad Lingüística de París se vio obligada a suspender cualquier debate sobre esta cuestión. Lo cierto es que no poseemos un conocimiento directo sobre los orígenes y el desarrollo inicial del lenguaje. No existe actualmente una hipótesis que pueda considerarse una explicación definitiva sobre el origen del lenguaje humano.
Es indiscutible que el lenguaje es un medio representador. Pero el tipo de representación que implica y la manera como ésta se organiza han atravesado todas las discusiones sobre su configuración. Es un nivel de representación autónomo respecto de la conceptualización y la percepción. Es un instrumento para representar los conceptos y operar con ellos, de modo que podamos representar todo lo que es posible de representar en el mundo, permite inclusive la representación de nosotros mismos, representación a la que llamamos conciencia.
En Occidente, tradicionalmente se partía de la base bíblica de que todas las lenguas procedían del hebreo. Este prejuicio dificultó durante mucho tiempo los avances en este terreno hasta la aparición de la Lingüística comparada a fines del siglo XVIII. A partir del estudio del sánscrito (una lengua muerta de la India) y su comparación con las lenguas europeas se llegó a la conclusión de que la mayoría de las lenguas que se hablan en Europa pertenecen a la misma familia que la mayoría de lenguas de la India y de Persia, y que todas ellas debían proceder de una lengua común desaparecida a la que se llamó indoeuropeo. Otros estudios llevaron a establecer la existencia de otras familias, como la semítica (a la que pertenecen el árabe y el hebreo) y otras muchas, con lo que la tesis del hebreo como lengua madre de todas las demás desapareció definitivamente.Por lo que respecta propiamente a la aparición del lenguaje se han elaborado varias teorías, ninguna de las cuales puede ser corroborada científicamente y, por tanto, no pasan de ser meras hipótesis.
Es indiscutible que el lenguaje es un medio representador. Pero el tipo de representación que implica y la manera como ésta se organiza han atravesado todas las discusiones sobre su configuración. Es un nivel de representación autónomo respecto de la conceptualización y la percepción. Es un instrumento para representar los conceptos y operar con ellos, de modo que podamos representar todo lo que es posible de representar en el mundo, permite inclusive la representación de nosotros mismos, representación a la que llamamos conciencia.
En Occidente, tradicionalmente se partía de la base bíblica de que todas las lenguas procedían del hebreo. Este prejuicio dificultó durante mucho tiempo los avances en este terreno hasta la aparición de la Lingüística comparada a fines del siglo XVIII. A partir del estudio del sánscrito (una lengua muerta de la India) y su comparación con las lenguas europeas se llegó a la conclusión de que la mayoría de las lenguas que se hablan en Europa pertenecen a la misma familia que la mayoría de lenguas de la India y de Persia, y que todas ellas debían proceder de una lengua común desaparecida a la que se llamó indoeuropeo. Otros estudios llevaron a establecer la existencia de otras familias, como la semítica (a la que pertenecen el árabe y el hebreo) y otras muchas, con lo que la tesis del hebreo como lengua madre de todas las demás desapareció definitivamente.Por lo que respecta propiamente a la aparición del lenguaje se han elaborado varias teorías, ninguna de las cuales puede ser corroborada científicamente y, por tanto, no pasan de ser meras hipótesis.
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