miércoles, 31 de octubre de 2007

Gracias a esta invención, hoy creo mi blog...


Aunque se pueda pensar que Internet es algo que ha surgido en estos últimos tiempos, no es así: Internet ya lleva con nosotros unas cuantas décadas.
Los inicios de Internet nos remontan a los años 60. En plena guerra fría, Estados Unidos crea una red exclusivamente militar, con el objetivo de que, en el hipotético caso de un ataque ruso, se pudiera tener acceso a la información militar desde cualquier punto del país. Este red se creó en 1969 y se llamó ARPANET.
ARPANET siguió creciendo y abriéndose al mundo, y cualquier persona con fines académicos o de investigación podía tener acceso a la red. Las funciones militares se desligaron de ARPANET y fueron a parar a MILNET, una nueva red creada por los Estados Unidos. La NSF (National Science Fundation) crea su propia red informática llamada NSFNET, que más tarde absorbe a ARPANET, creando así una gran red con propósitos científicos y académicos. El desarrollo de las redes fue abismal, y se crean nuevas redes de libre acceso que más tarde se unen a NSFNET, formando el embrión de lo que hoy conocemos como INTERNET. Ésta es una gran red internacional de ordenadores, una red de redes, que permite compartir recursos, es decir establecer una comunicación inmediata con cualquier parte del mundo para obtener información sobre algún tema que nos interesa.
Actualmente es casi imposible calcular los sitios web que existen y los servidores a los que tenemos acceso. Internet se ha desarrollado en esta última década mucho, y en parte es debido a los fines comerciales de las empresas. Internet ya no es la red de investigación ni militar para lo que fue creada, ahora Internet es, ante todo, un negocio, y eso ha sido lo que ha empujado su desarrollo.




martes, 30 de octubre de 2007

Primeros ordenadores...



Uno de los avances más espectaculares dentro de las comunicaciones -comunicación de datos- se ha producido en el campo de la tecnología de los ordenadores. Desde la aparición de las computadoras digitales en la década de 1940, éstas se han introducido en los países desarrollados en prácticamente todas las áreas de la sociedad (industrias, negocios, hospitales, escuelas, transportes, hogares o comercios). Mediante la utilización de las redes informáticas y los dispositivos auxiliares, el usuario de un ordenador puede transmitir datos con gran rapidez. Estos sistemas pueden acceder a multitud de bases de datos. A través de la línea telefónica se puede acceder a toda esta información y visualizarla en pantalla o en un televisor convenientemente adaptado. Alan Turing, el matemático británico que diseñó el primer computador electrónico digital y funcional del mundo en los años 1940.

Un invensión absorvente

La prehistoria de la televisión abarca un amplio período que se extiende, aproximadamente, desde finales del siglo XIX hasta 1935. En principio surgirán dos modelos: la televisión mecánica defendida por John Baird y la televisión electrónica creada por el investigador ruso-norteamericano Vladimir Zworikyn. Aunque la televisión mecánica de Baird empezó a sus emisiones un poco antes que la televisión electrónica de Zworikyn, lo cierto es que la superioridad técnica de esta última se impuso. Interrumpido por la I Guerra Mundial, su desarrollo se retomó al acabar la contienda permitiéndole ocupar su puesto entre los medios de comunicación más extendidos como la prensa o la radio. Cumplida la etapa de nacimiento y consolidación, llegará la época del color y, tras ella, la internacionalización del medio y de sus contenidos. Esta vocación internacional impulsó el lanzamiento de los primeros satélites de comunicación y de otras tecnologías como la distribución de señal televisiva por cable. Por otro lado la televisión se extiende a continentes como Iberoamérica y, en otro sentido, se crea una necesidad aparentemente opuesta que es la de contar con contenidos de carácter local. Con la televisión local se completa la presencia de la televisión en todos los ámbitos de socialización del individuo, desde lo global hasta lo local. En 1924 John Baird logra reproducir en laboratorio las primeras imágenes televisadas.




Durante la década del 40 se realizan algunas transmisiones experimentales de televisión, fundamentalmente en las Universidades, pero la historia de la TV en nuestro país comienza en los años 50. En julio de 1951, Jaime Yankelevich, pionero en el medio, junto a su hijo Samuel viajan a los EE.UU. para traer desde allí los primeros equipos. En un largo viaje en barco traen cámaras, transmisores, cables, luces, repuestos y todo lo necesario para poner en marcha la televisión en Argentina. Jaime Yankelevich acuerda con el gobierno peronista de esa época realizar la primera transmisión televisiva el día 17 de octubre de ese año. En esa fecha se cumple el 6º aniversario del Día de la Lealtad peronista y se realiza un multitudinario acto en la Plaza de Mayo. Allí Eva Perón pronuncia su discurso al pueblo después del famoso Renunciamiento Histórico a la candidatura como vicepresidente de la Nación en las elecciones próximas, por encontrarse ya muy enferma. Con la mencionada transmisión queda inaugurado el viejo Canal 7, conocido en ese entonces como LR 3 Radio Belgrano TV. Y son los locutores de la radio del mismo nombre los que se van pasar a trabajar también en el canal. Los primeros pasos de la TV en esa época tienen muy poca repercusión en los medios gráficos ya que estos temen que le nuevo medio les “mueva el piso”. Por otra parte es muy poca la gente que posee televisores en sus hogares. La mayoría de los aparatos se encuentran en bares y negocios y la gente se agolpa frente a las vidrieras de los mismos para poder ver. El 4 de noviembre se inicia la programación regular, ya que desde el 17 de octubre hasta ese día solo se realizaron ensayos y pruebas. Y el 18 de ese mismo mes se transmite el primer partido de fútbol (River - San Lorenzo). La programación en esos primeros años estaba integrada por espectáculos folklóricos, espacios musicales, transmisiones desde el circo, programas de moda, “La Cocina de Doña Petrona”; etc. Y en 1952 se nacen los primeros teleteatros (autora pionera: Celia Alcántara). En 1954 comienza el primer tele noticioso argentino, que se emitía a la noche y presentaba un resumen de los hechos acontecidos durante la jornada Todos los programas eran en vivo, con cambios rápidos de vestuario detrás de los estudios y con el siempre presente “fantasma del olvido de la letra” para los actores. Desde un comienzo, se hacen presentes las publicidades y los auspicios en TV.
















lunes, 29 de octubre de 2007

La Radio

El físico e inventor italiano de Bolonia Guigielmo Marconi, tras dos años de experimentos, con el empleo del aparato de Herzio, la antena de Popov, y el cohesor de Branly, logro realizar en Bolonia, en 1.894, una transmisión de telegrafía sin hilos a una distancia de 250 mts. aproximadamente, patentando así el invento en 1.896. Sin apoyos en Italia, para su grandioso invento, continuó sus experiencias en gran bretaña. En 1897 Marconi montó la primera estación de radio del mundo en la Isla de Wight, al Sur de Inglaterra y en 1898 abrió la primera factoría del mundo de equipos de transmisión sin hilos en hall street (Chelmsford, Reino Unido) empleando en ella alrededor de 50 personas. En 1899 Marconi consiguió establecer una comunicación de carácter telegráfico entre Gran Bretaña y Francia. Tan sólo dos años después, en 1901, esto quedaría como una minucia al conseguirse por primera vez transmitir señales de lado a lado del Océano Atlántico. Las primeras transmisiones de carácter público no fueron llevadas a cabo hasta el año 1920, desde Chelmsford a iniciativa de la compañía inglesa creada por Marconi.



El 27 de agosto de 1920 se realiza en Argentina la primera emisión de radio. Un grupo de jóvenes radioaficionados son los responsables de poner al aire la Ópera Parsifal de Wagner desde el teatro Coliseo de Buenos Aries y pasaron a la historia con el nombre de “Los locos de la azotea”. Se trataba del medico Enrique Susini junto a tres estudiantes de medicina: su sobrino Miguel Mujica y sus amigos César Guerrico y Luis Romero Carranza. Aquel 27 de agosto de 1920 entre las 21 y la medianoche, Enrique Susini daba el puntapié inicial a aquella historia: “Señoras y señores: la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el festival sacro de Ricardo Wagner, Parsifal, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara Cesar, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma ´, dirigida por el Maestro Felix Von Weingarten. Aquella invención genial de los “Locos de la azotea” en 1920, será profundamente homenajeada y tomara un nuevo y mas profundo valor cuando millones de voces acalladas encuentren que se merecen en la Radio y en los medios de comunicación masivos.


Todo en pantalla grande...

La historia del cine comienza el 28 de diciembre de 1895, fecha en la que los hermanos Lumiére proyectaron públicamente la salida de obreros de una fábrica francesa en París. La historia del Cine ha estado dominada por el descubrimiento y prueba de paradojas inherentes al medio en si. El Cine usa máquinas para grabar imágenes de vida; combina fotografías fijas para dar la ilusión de movimiento continuo; parece presentar la vida misma, pero también ofrece realidades imposibles a las que sólo se aproximan los sueños. El Cine se desarrolló de la unión de la fotografía, la que registra la realidad física, con el juego de persistencia retiniana que hacía parecer que los dibujos se movían. El Cine se considera como la más joven de las formas artísticas y ha heredado mucho de las artes más antiguas y tradicionales. Sin embargo es una de las pocas artes que es tanto espacial como temporal, que manipula intencionalmente tanto el tiempo como el espacio. Esta síntesis ha generado dos teorías conflictivas sobre el cine y su desarrollo histórico. Algunos teóricos, como Sergei M. Eisenstein y Rudolf Arnheim, arguyen que el cine debe tomar el camino de las otras artes modernas y concentrarse no en contar historias y representar la realidad, sino en investigar el tiempo y el espacio de una manera pura y concientemente abstracta. Otros, como André Bazin y Siegfried Kracauer, sostienen que el cine debe por completo y cuidadosamente desarrollar sus conexiones con la naturaleza de modo que pueda retratar los sucesos humanos tan reveladora y excitantemente como sea posible.


El cine llegó a la Argentina apenas después de su lanzamiento en París, al poco tiempo ya empezaron a rodarse las primeras producciones nacionales. Entre otros atractivos, hubo pioneros mundiales en cine científico y de animación. Pero la verdadera industria comenzó recién en 1933, con la afirmación del cine sonoro. Los buenos tiempos, cuando las películas argentinas se veían en toda Iberoamérica, duraron hasta comienzos de los años '50. Luego, el paulatino cierre de los grandes estudios, el crecimiento de la televisión, el anquilosamiento del cine popular, y el aislamiento de un cine de autor, impusieron otras reglas de juego. Sobre esas reglas, el actual cine argentino se ha restringido en cantidad y en mercado, pero mantiene una especial calidad, internacionalmente reconocida. La verdadera industria surgió con el cine sonoro, en 1933. Casi al mismo tiempo nació Argentina Sono Film, con Tango (donde debutaron Libertad Lamarque, Tita Merello y Luis Sandrini); y Lumiton, con Los tres berretines.

















sábado, 27 de octubre de 2007

Teléfono

En 1874, Alexandro Graham Bell, profesor en la Universidad de Boston, se interesó en el estudio de los aparatos telegráficos "múltiplex", asunto popular en aquel tiempo, a causa del rápido desarrollo de la industria telegráfica. Concibió la idea de transmitir varios despachos por un solo hilo, mediante un cierto número de pares de resortes de acero. A pesar de que la telegrafía supuso un gran avance en la comunicación a distancia, los primeros sistemas telegráficos sólo permitían enviar mensajes letra a letra. Por esta razón se seguía buscando algún medio de comunicación eléctrica de voz. Los primeros aparatos, que aparecieron entre 1850 y 1860, podían transmitir vibraciones sonoras, aunque no la voz humana. La primera persona que patentó un teléfono eléctrico, en el sentido moderno de la palabra, fue Alexander Graham Bell, en 1876. En aquellos años, Edison investigaba la forma de poder registrar y reproducir ondas sonoras, abriendo así el camino a la aparición del gramófono.



viernes, 26 de octubre de 2007

Telégrafo

Los primeros equipos eléctricos para transmisión telegráfica fueron inventados por el norteamericano Samuel F. B. Morse en 1837, y en ese mismo año por el físico inglés sir Charles Wheatstone en colaboración con el ingeniero sir William F. Cooke. El código básico, llamado código Morse, transmitía mensajes mediante impulsos eléctricos que circulaban por un único cable. El aparato de Morse, que emitió el primer telegrama público en 1844, tenía forma de conmutador eléctrico. Mediante la presión de los dedos, permitía el paso de la corriente durante un lapso determinado y a continuación la anulaba. El receptor Morse original disponía de un puntero controlado electromagnéticamente que dibujaba trazos en una cinta de papel que giraba sobre un cilindro. Los trazos tenían una longitud dependiente de la duración de la corriente eléctrica que circulaba por los cables del electroimán y presentaban el aspecto de puntos y rayas. Dado que la telegrafía resultaba demasiado costosa para poder implantarla con carácter universal, se desarrollaron diferentes métodos para enviar varios mensajes simultáneamente por una misma línea. En la telegrafía dúplex, el primer avance de este tipo, se puede transmitir un mensaje simultáneo en ambas direcciones entre dos estaciones. En la telegrafía cuádruplex, inventada en 1874 por Thomas Edison, se transmitían dos mensajes simultáneamente en cada dirección. En 1915 se implantó la telegrafía múltiple que permitía el envío simultáneo de ocho o más mensajes. Ésta y la aparición de las máquinas de teletipo, a mediados de los años veinte, hizo que se fuera abandonando progresivamente el sistema telegráfico manual de Morse de claves y que se sustituyera por métodos alámbricos e inalámbricos de transmisión por ondas.



Creación de la fotografía

La Historia de la Fotografía inicia a principios del siglo XIX, cuando en el año 1816 el científico francés Nicéphore Niepce obtuvo las primeras imágenes fotográficas. Niepce comenzó sus investigaciones, necesitando ocho horas de exposición a plena luz del día para obtener sus imágenes. En 1839 Louis Daguerre hizo público su proceso para la obtención de fotografías basado en la plata denominado Daguerrotipo, que resolvía algunos problemas técnicos del procedimiento inicial de Niepce y reducía los tiempos necesarios de exposición. Su procedimiento resulta ser el antecesor de la actual fotografía instantánea de Polaroid. Casi al mismo tiempo Hércules Florence, Hippolythe Bayard y William Fox Talbot desarrollaron otros métodos diferentes. El creado por William Fox Talbot se basaba en un papel cubierto con cloruro de plata es mucho más cercano al de la fotografía de hoy en día, ya que producía una imagen en negativo que tenía que ser posteriormente positivada tantas veces como se deseara.

sábado, 13 de octubre de 2007

El diario

El primer periódico nació en En Estrasburgo, en junio de 1605. El joven alemán Johann Carolus se ganaba el sustento con la caligrafía. Distribuía entre los vecinos adinerados de Estrasburgo un boletín manuscrito sobre noticias, tanto locales como otras enviadas por su propia red de corresponsales. El esfuerzo diario de transcribir los numerosos ejemplares hacía que la tarea fuese lenta y pesada. Por eso la prensa era, entonces, un auténtico lujo limitado a los pocos que podían pagarle. Exhausto, en 1605 resolvió apostar por las nuevas tecnologías, y se compró una imprenta. Aumentó la tirada y las ventas, y pudo reducir el precio. Fue el primer periódico impreso.
En 1609 aparece el primer diario, el Leipziger Zeitung, de Leipzig, Alemania. En Estados Unidos el periodismo nace en 1690, casi cien años antes de su establecimiento como nación.
En 1722 aparece La Gazeta de México, en 1729 La Gazeta de Guatemala, en 1743 La Gazeta de Lima y en 1764 La Gazeta de La Habana. Éstos fueron los primeros periódicos editados en el continente americano.


En Argentina, el 7 de junio de 1810 inició su circulación La Gazeta de Buenos Aires, a la que, como secretario de la Primera Junta patria, Mariano Moreno pensó como órgano de difusión y defensa de los ideales revolucionarios e independentistas de Mayo. El, y muchos junto a él, creían que los ciudadanos debían estar al tanto de los hechos, pensamientos y conductas de sus representantes y conocerlos periódicamente, revisarlos con profundidad, comentarlos y hasta criticarlos con libertad. Pero antes de que la gazeta moreniana comenzara a hacerse entender desde su lema (“Rara felicidad de los tiempos en los que se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”), ocurrieron muchas cosas que hicieron posible su salida.
Las gacetas o gazetas manuscritas comenzaron a circular por el puerto de Buenos Aires por primera vez a partir del martes 19 de junio de 1764, tenían de 25 por 15cm. que aún hoy se conservan en la Biblioteca Nacional. En 1801 aparece el Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata, editado por el abogado español Francisco Antonio Cabello y Mesa, considerado uno de los primeros periodistas rioplatenses.
Cuando se inicia la etapa posrevolucionaria, diarios como La Gazeta, impulsada por Moreno, resultaron fundamentales para difundir las ideas jurídicas y legales alrededor de la nueva organización de poderes, así como en la instalación de otros asuntos de interés para la flamante nación: necesidad de distanciarse de España; difundir conceptos como soberanía, igualdad y libertad; consolidar la apertura del comercio y arraigar costumbres cotidianas. Todo estaba por hacerse y muchos se habían cerciorado de que los diarios podían ser un excelente vehículo. A partir de 1810 comenzó a gestarse una forma de opinión pública expresada en los diarios mediante artículos editoriales, críticos o con desarrollo de tipo conceptual, como los de Mariano Moreno. Por primera vez los diarios ponían sobre el tapete ideas revolucionarias, estimulantes.

Y el Clarín, estridente sonó… (Los primeros y más importantes diarios de Argentina)


El 15 de noviembre de1867, Ovidio Lagos, lanza el diario vespertino La Capital, cuya idea central era promover a la ciudad de Rosario como capital del país. Lagos, rosarino por adopción, creía que la única forma de federalismo posible era establecer la sede institucional en una ciudad del interior (y él proponía que fuera Rosario), también como un modo de oponerse al centralismo del puerto de Buenos Aires. La frase que sintetizaba su filosofía era: “Las columnas de La Capital pertenecen al pueblo”, aunque ésta no reimpidió abarcar diversas causas: el diario y su mentor fueron mitristas y antimitristas, antialsinistas y urquisistas. Pero más allá de ello, hay una idea que nunca resignó y es la de llamarla atención del país acerca de las ventajas de una solución federalista.
En algunas épocas la Argentina fue gobernada por periodistas: Moreno, Dorrego, Mitre, Sarmiento y otros como Alberti y Hernández han plasmado buena parte de la fisonomía espiritual del país. Los diarios eran vehículos de idea, instrumentos de militancia y hasta puestos de combate. Los pioneros del periodismo veían en la actividad una herramienta notable para, como decía Sarmiento “educar al soberano”. El periodismo registra la historia, posibilita una forma de ejercicio del poder, es idóneo para mostrar las necesidades de los ciudadanos y eficaz para vigilar y controlar los poderes. Funciona como registro del cambio de ideas, vidas y costumbres. Como pensaba Sarmiento: “El diario es para los pueblos modernos lo que era el foro para los romanos. La prensa ha sustituido a la tribuna y al púlpito; la escritura a la palabra y la oración que el orador ateniense acompañaba con la magia de la gesticulación, para mover las pasiones de algunos millares de auditores que la miran escrita, ya que por las distancias no pueden escucharla.”
Entre octubre de 1869 y enero de 1870 aparecieron La Prensa y La Nación. A las 3 de la tarde del 18 de octubre de 1869, José Clemente Paz saca una hoja inmensa, de 50 por 56 centímetros, impresa en ambas caras por la imprenta Buenos Aires, de la calle Moreno 73. Tenía cinco columnas prácticamente sin ilustraciones. Una leyenda informaba que La Prensa, diario “noticioso, político y comercial”, aparecería todos los días a las 3 de la tarde, aunque 2 años después se convirtió en matutino con la edición inicial que decía “…Verdad, honradez: he aquí nuestro punto de partida. Libertad, progreso, civilización: he aquí el fin único que perseguimos.”. “Expresar y representar ala verdadera opinión pública y no sujetarla a la nuestra, ni menos formarla o dirigirla.”
El 4 de enero de 1870, el ex presidente, general y abogado Bartolomé Mitre sacó La Nación, un diario al que difícilmente se lo pueda desvincular de uno de los constructores de nuestro país. La Nación tuvo que hacerse lugar entre El Nacional, de Dalmacio Vélez Sarsfield, y La Tribuna, y para ello fue fiel a un concepto: “La Nación será tribuna de doctrina”.Lo que Mitre pretendía es tener un diario que contribuyera a consolidar la organización nacional, para cumplir en los papeles aquello que ya había expresado como jefe militar y como presidente.
En 1905 nace el diario "La Razón", fundado por el periodista Emilio Morales. La Razón se alejaba de los temas políticos - económicos para abordar temas de interés general, con sus ediciones quinto y sexta que traían las ultimas noticias lo que acababa de pasar y que dio respuestas a la ansiedad noticiosa que crecía con los años. Con los primeros años del siglo se evidencia una tendencia modernizadora en la diagramación, que comenzó a desarrollar los titulares como síntesis de los artículos e incorporó fotos de hechos con carácter testimonial en está época los avisos publicitarios ya fueron clasificados o notables - ocupaba la mayoría de las paginas. Abría secciones fijas como sociales, policiales, teatro, deportes, y se seguían las informaciones políticas, incluyendo muchas veces de debates parlamentarias. No existían todavía comentarios sobre cine ni secciones para el ama de casa o entretenimiento o historietas. Si era importante la producción de caricaturas políticas. Tras su quiebra fue adquirido por el Grupo Clarín. Actualmente se distribuye gratuitamente en varios medios de transporte, principalmente en los subtes y trenes de Buenos Aires.
En 1913, Natalio Félix Botana Millares, un teniente de infantería del ejército uruguayo, militante del Partido Blanco en su país, llegó a Buenos Aires exiliado y el 15 de septiembre de ese mismo año, dio comienza a la que sería su obra máxima: el diario Crítica. Revolucionó el periodismo en la Argentina. Impuso una visión periodística muy moderna que rompió con el molde de los diarios tradicionales. Tenía un nuevo público, más popular que se mezclaba con la clase media. El diario tenía de todo. Estrenó títulos de tapa que eran verdaderas patadas en el hígado, fotos enormes para las costumbres de la época, epígrafes más elocuentes. Con su estilo ágil y conciso tenía una mezcla de denuncia seria con el sensacionalismo más extremo.
El 28 de agosto de 1945, con la escena informativa claramente dominada por la posguerra, el periodista Roberto Jorge Noble, sacó Clarín. Su primer editorial afirma: “Clarín no tiene vinculaciones ni compromisos con ninguna de las agrupaciones políticas tradicionales. Desde que es y será un diario informativo e independiente, no podrá tenerlas. El único y exclusivo compromiso que contrae es con La Nación y consiste en reflejar exacta y objetivamente los hechos de la vida colectiva, analizarlos, juzgarlos a la luz de la verdad y de las conveniencias nacionales”. Clarín salió a la calle con la idea de apoyar los cambios de un país tradicionalmente agrícola-ganadero que ahora aspiraba a hacerse fuerte en grandes, pequeñas y medianas industrias y a desarrollarse más dentro de fábricas que en el campo. Entre 1945 y 1950 las acciones e influencia del diario cuyo eslogan pregonaba “soluciones argentinas para los problemas argentinos” subieron tanto como sus ventas y popularidad. Hubo varios elementos que lo diferenciaron de otros medios en esos años como ser que cada madrugada llegaba a los lugares de venta de Capital Federal antes que los otros matutinos. Apeló básicamente a los temas locales, y comenzó a darles fuerte importancia a secciones como “Deportes” y “Espectáculos”, que otros desechaban por considerarlas banales o populacheras. Sumó fama de independiente durante el primer gobierno de Perón. En 1948 lo clausuraron por unos días por una fútil infracción de los reglamentos laborales. Tuvo que luchar con las mezquinas cuotas de papel que desde 1948 impuso el gobierno peronista. El un principio el peronismo no controló excesivamente al diario porque no se le reconocía poder, más allá de su circulación y ventas permanentemente en alza.
Crónica sale a la luz el mismo año que Crítica deja de existir, el 20 de julio de 1963 apareció el diario vespertino Crónica, que ocupó el lugar de Crítica como diario amarillo local. La tirada de este diario creció enormemente llegando a desplazar, en algún momento, a La Razón a ubicar, por primera vez, una noticia policial en primera plana. Las analogías son inevitables. Firme junto al pueblo, encuentra su personalidad, que no es otra que la de Héctor Ricardo García, su creador. Dos golpes de efecto fueron importantes para hacerse su lugar: primero fue el caso de Norma Penjerek, una joven asesinada, un zapatero acusado y un caso explotado al máximo. Luego, un concurso de Pepsi: la bebida publicaba preguntas en los diarios más prestigiosos, entre los cuales no se encontraba Crónica. La gente debía responderlas (eran realmente muy difíciles) y mandarlas por correo para participar por los premios. El concurso causaba furor. Crónica, ni lento ni perezoso, publicaba, cada día, una respuesta diferente. Las verdades de García…“Nosotros nunca editorializamos, no vendemos ni ideas ni análisis. Vendemos la realidad” “Primero está el drama humano del pueblo, la suerte que corran semejantes cercanos. Después una mala noticia internacional.” “Crónica se vende primero por la sección ´Deportes´, después por la información de ´Espectáculos´ y le siguen turf, policiales, juegos de azar, información general y, por último, los temas políticos. En definitiva, Crónica se vende porque habla de los temas de la vida.” “La mejor definición la hacen las agencias de noticias norteamericanas. Cuando mandan un cable encabezan diciendo ´El diario populista argentino Crónica…´.” “El diario y yo pertenecemos a una única ideología: la del Partido Periodista”.
El 4 de mayo de 1971, con 24 páginas y una edición dominical que en ocasiones llevaba el diario a las 48 hojas, aparece lo que para muchos es la mayor creación de la vida profesional de Jacobo Timerman. La Opinión marca una etapa decisiva en el desarrollo de un periodismo que le otorga un singular predicamento al juicio de los periodistas y un nuevo lugar a la información con análisis. “Diez noticias en un día son útiles y comprensibles; cien, soportables; mil, abrumadoras e innecesarias.” “Liberal en lo económico, centrista en lo político, izquierdista en lo popular”. Sobre estos principios de hondo contenido práctico Jacobo Timerman planteó la filosofía de su recordado diario. Pensó un diario analítico, despojado de sensacionalismo, de títulos largos y explicativos y escrito en un lenguaje que fuera más “un vehículo para transmitir hechos e ideas que un campo de experimentación literaria.” La Opinión no pudo trepar más allá de los 50.000 ejemplares, pero tenía ciertas cosas que lo hacían diferente: Artículos siempre firmados que permitían avanzar en un estilo de periodismo personalizado y con el que el lector se podía identificar; áreas temáticas muy definidas que posibilitaban a los lectores convertirse en seguidores de determinados asuntos; según Timerman se adaptaba una costumbre del periodismo inglés que desarrolló para el lector el trato de “Su periodista estuvo”, en esta línea se les solicitaba a los cronistas del diario que cuando elaboran sus cuestionarios pensaran que podía haber tanto un lector fascista como otro comunista; se enrola en un modelo de periodismo europeo con fuerte carga en el análisis y en la crítica culturales y que pone énfasis en secciones como “Política Nacional” y “Política Internacional”.
Jorge Lanatta y Ernesto Tiffenberg, plantearon el contenido de un diario que se proponía “evitar el bombardeo informativo” ya que decían que sólo hay un puñado de novedades diarias que merecen ser registradas y que el resto es relleno. Otros periodistas sumaron su aporte al modelo final del diario: Osvaldo Soriano, Horacio Verbitsky alias “El Perro” y Oscar Iglesias. Página/12 ofreció de entrada costados distintos, como información sobre grupos minoritarios e influyentes en la sociedad; con buen criterio recuperó la importancia de dos secciones poco a poco relegadas en otros medios, “Educación” y “Universitarias”, así como tomó entre sus banderas permanentes el análisis y marcha de asuntos como la Justicia, los militares y la corrupción en el mundo político. Concebido como diario pluralista y progresista, Página/12 fue encontrando su propio camino, al tiempo que provocaba preocupación y movimiento en su competencia diariera. Basado en audacia, falta de censura, aprovechamiento máximo de la libertad de expresión disponible, fuerte compromiso con la democracia y con su afianzamiento, tratamiento de temas que ningún otro diario tocaba, su estilo se difundió por todos lados y preocupó al poder en tiempos de Alfonsín, y más aún en los de Menem, cuando aumentaron las ocasiones de criticar ciertos manejos de la clase política. El diario sufrió atentados, amenazas; se le hicieron enormes cantidades de juicios y algunos boicots publicitarios. Lo diferente en Página/12 es que tiene un estilo periodístico en el que las notas de denuncia tomaban el lugar de la simple crónica de los hechos; importancia de las columnas de opinión firmadas; cabezas eminentemente informativas, en las que el periodista resume en no más de 20 líneas lo que luego desarrolla en la nota; títulos con humor, irreverencia o ironía, basado tanto en paráfrasis de nombres de películas como en dichos populares. Recuadro de tapa: historia muy bien narrada en pocas líneas, que, primero en la jerga interna del diario y después afuera, se conoce como “pirulo de tapa”. Chiste-editorial, en tapa de Rudy y Paz, que retoma la mejor tradición del humor político y popular. La tapa, que ofrece con estilo vibrante y con ideas gráficas distintas (desde dibujos a fotos especialmente producidas, desde resoluciones tipográficas a fotomontajes), los materiales de las páginas 2 y 3. El único medio donde se podían encontrar colaboraciones de Osvaldo Bayer y Juan Gelman, de Mario Benedetti y Eduardo Galeano, de Tomás Eloy Martinez y José María Pasquín Durán, de Eduardo Alberti y Osvaldo Soriano. El diario no creció en páginas, pero sí en suplementos: el “No” para competir con el “Sí”, de Clarín; “Sátira/12”, humorístico; “Cash”, de economía; “Futuro”, sobre ciencia y técnica, y otros que dejaron de aparecer como “Primer Plano” y “Verde”.