sábado, 13 de octubre de 2007

El diario

El primer periódico nació en En Estrasburgo, en junio de 1605. El joven alemán Johann Carolus se ganaba el sustento con la caligrafía. Distribuía entre los vecinos adinerados de Estrasburgo un boletín manuscrito sobre noticias, tanto locales como otras enviadas por su propia red de corresponsales. El esfuerzo diario de transcribir los numerosos ejemplares hacía que la tarea fuese lenta y pesada. Por eso la prensa era, entonces, un auténtico lujo limitado a los pocos que podían pagarle. Exhausto, en 1605 resolvió apostar por las nuevas tecnologías, y se compró una imprenta. Aumentó la tirada y las ventas, y pudo reducir el precio. Fue el primer periódico impreso.
En 1609 aparece el primer diario, el Leipziger Zeitung, de Leipzig, Alemania. En Estados Unidos el periodismo nace en 1690, casi cien años antes de su establecimiento como nación.
En 1722 aparece La Gazeta de México, en 1729 La Gazeta de Guatemala, en 1743 La Gazeta de Lima y en 1764 La Gazeta de La Habana. Éstos fueron los primeros periódicos editados en el continente americano.


En Argentina, el 7 de junio de 1810 inició su circulación La Gazeta de Buenos Aires, a la que, como secretario de la Primera Junta patria, Mariano Moreno pensó como órgano de difusión y defensa de los ideales revolucionarios e independentistas de Mayo. El, y muchos junto a él, creían que los ciudadanos debían estar al tanto de los hechos, pensamientos y conductas de sus representantes y conocerlos periódicamente, revisarlos con profundidad, comentarlos y hasta criticarlos con libertad. Pero antes de que la gazeta moreniana comenzara a hacerse entender desde su lema (“Rara felicidad de los tiempos en los que se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”), ocurrieron muchas cosas que hicieron posible su salida.
Las gacetas o gazetas manuscritas comenzaron a circular por el puerto de Buenos Aires por primera vez a partir del martes 19 de junio de 1764, tenían de 25 por 15cm. que aún hoy se conservan en la Biblioteca Nacional. En 1801 aparece el Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata, editado por el abogado español Francisco Antonio Cabello y Mesa, considerado uno de los primeros periodistas rioplatenses.
Cuando se inicia la etapa posrevolucionaria, diarios como La Gazeta, impulsada por Moreno, resultaron fundamentales para difundir las ideas jurídicas y legales alrededor de la nueva organización de poderes, así como en la instalación de otros asuntos de interés para la flamante nación: necesidad de distanciarse de España; difundir conceptos como soberanía, igualdad y libertad; consolidar la apertura del comercio y arraigar costumbres cotidianas. Todo estaba por hacerse y muchos se habían cerciorado de que los diarios podían ser un excelente vehículo. A partir de 1810 comenzó a gestarse una forma de opinión pública expresada en los diarios mediante artículos editoriales, críticos o con desarrollo de tipo conceptual, como los de Mariano Moreno. Por primera vez los diarios ponían sobre el tapete ideas revolucionarias, estimulantes.

Y el Clarín, estridente sonó… (Los primeros y más importantes diarios de Argentina)


El 15 de noviembre de1867, Ovidio Lagos, lanza el diario vespertino La Capital, cuya idea central era promover a la ciudad de Rosario como capital del país. Lagos, rosarino por adopción, creía que la única forma de federalismo posible era establecer la sede institucional en una ciudad del interior (y él proponía que fuera Rosario), también como un modo de oponerse al centralismo del puerto de Buenos Aires. La frase que sintetizaba su filosofía era: “Las columnas de La Capital pertenecen al pueblo”, aunque ésta no reimpidió abarcar diversas causas: el diario y su mentor fueron mitristas y antimitristas, antialsinistas y urquisistas. Pero más allá de ello, hay una idea que nunca resignó y es la de llamarla atención del país acerca de las ventajas de una solución federalista.
En algunas épocas la Argentina fue gobernada por periodistas: Moreno, Dorrego, Mitre, Sarmiento y otros como Alberti y Hernández han plasmado buena parte de la fisonomía espiritual del país. Los diarios eran vehículos de idea, instrumentos de militancia y hasta puestos de combate. Los pioneros del periodismo veían en la actividad una herramienta notable para, como decía Sarmiento “educar al soberano”. El periodismo registra la historia, posibilita una forma de ejercicio del poder, es idóneo para mostrar las necesidades de los ciudadanos y eficaz para vigilar y controlar los poderes. Funciona como registro del cambio de ideas, vidas y costumbres. Como pensaba Sarmiento: “El diario es para los pueblos modernos lo que era el foro para los romanos. La prensa ha sustituido a la tribuna y al púlpito; la escritura a la palabra y la oración que el orador ateniense acompañaba con la magia de la gesticulación, para mover las pasiones de algunos millares de auditores que la miran escrita, ya que por las distancias no pueden escucharla.”
Entre octubre de 1869 y enero de 1870 aparecieron La Prensa y La Nación. A las 3 de la tarde del 18 de octubre de 1869, José Clemente Paz saca una hoja inmensa, de 50 por 56 centímetros, impresa en ambas caras por la imprenta Buenos Aires, de la calle Moreno 73. Tenía cinco columnas prácticamente sin ilustraciones. Una leyenda informaba que La Prensa, diario “noticioso, político y comercial”, aparecería todos los días a las 3 de la tarde, aunque 2 años después se convirtió en matutino con la edición inicial que decía “…Verdad, honradez: he aquí nuestro punto de partida. Libertad, progreso, civilización: he aquí el fin único que perseguimos.”. “Expresar y representar ala verdadera opinión pública y no sujetarla a la nuestra, ni menos formarla o dirigirla.”
El 4 de enero de 1870, el ex presidente, general y abogado Bartolomé Mitre sacó La Nación, un diario al que difícilmente se lo pueda desvincular de uno de los constructores de nuestro país. La Nación tuvo que hacerse lugar entre El Nacional, de Dalmacio Vélez Sarsfield, y La Tribuna, y para ello fue fiel a un concepto: “La Nación será tribuna de doctrina”.Lo que Mitre pretendía es tener un diario que contribuyera a consolidar la organización nacional, para cumplir en los papeles aquello que ya había expresado como jefe militar y como presidente.
En 1905 nace el diario "La Razón", fundado por el periodista Emilio Morales. La Razón se alejaba de los temas políticos - económicos para abordar temas de interés general, con sus ediciones quinto y sexta que traían las ultimas noticias lo que acababa de pasar y que dio respuestas a la ansiedad noticiosa que crecía con los años. Con los primeros años del siglo se evidencia una tendencia modernizadora en la diagramación, que comenzó a desarrollar los titulares como síntesis de los artículos e incorporó fotos de hechos con carácter testimonial en está época los avisos publicitarios ya fueron clasificados o notables - ocupaba la mayoría de las paginas. Abría secciones fijas como sociales, policiales, teatro, deportes, y se seguían las informaciones políticas, incluyendo muchas veces de debates parlamentarias. No existían todavía comentarios sobre cine ni secciones para el ama de casa o entretenimiento o historietas. Si era importante la producción de caricaturas políticas. Tras su quiebra fue adquirido por el Grupo Clarín. Actualmente se distribuye gratuitamente en varios medios de transporte, principalmente en los subtes y trenes de Buenos Aires.
En 1913, Natalio Félix Botana Millares, un teniente de infantería del ejército uruguayo, militante del Partido Blanco en su país, llegó a Buenos Aires exiliado y el 15 de septiembre de ese mismo año, dio comienza a la que sería su obra máxima: el diario Crítica. Revolucionó el periodismo en la Argentina. Impuso una visión periodística muy moderna que rompió con el molde de los diarios tradicionales. Tenía un nuevo público, más popular que se mezclaba con la clase media. El diario tenía de todo. Estrenó títulos de tapa que eran verdaderas patadas en el hígado, fotos enormes para las costumbres de la época, epígrafes más elocuentes. Con su estilo ágil y conciso tenía una mezcla de denuncia seria con el sensacionalismo más extremo.
El 28 de agosto de 1945, con la escena informativa claramente dominada por la posguerra, el periodista Roberto Jorge Noble, sacó Clarín. Su primer editorial afirma: “Clarín no tiene vinculaciones ni compromisos con ninguna de las agrupaciones políticas tradicionales. Desde que es y será un diario informativo e independiente, no podrá tenerlas. El único y exclusivo compromiso que contrae es con La Nación y consiste en reflejar exacta y objetivamente los hechos de la vida colectiva, analizarlos, juzgarlos a la luz de la verdad y de las conveniencias nacionales”. Clarín salió a la calle con la idea de apoyar los cambios de un país tradicionalmente agrícola-ganadero que ahora aspiraba a hacerse fuerte en grandes, pequeñas y medianas industrias y a desarrollarse más dentro de fábricas que en el campo. Entre 1945 y 1950 las acciones e influencia del diario cuyo eslogan pregonaba “soluciones argentinas para los problemas argentinos” subieron tanto como sus ventas y popularidad. Hubo varios elementos que lo diferenciaron de otros medios en esos años como ser que cada madrugada llegaba a los lugares de venta de Capital Federal antes que los otros matutinos. Apeló básicamente a los temas locales, y comenzó a darles fuerte importancia a secciones como “Deportes” y “Espectáculos”, que otros desechaban por considerarlas banales o populacheras. Sumó fama de independiente durante el primer gobierno de Perón. En 1948 lo clausuraron por unos días por una fútil infracción de los reglamentos laborales. Tuvo que luchar con las mezquinas cuotas de papel que desde 1948 impuso el gobierno peronista. El un principio el peronismo no controló excesivamente al diario porque no se le reconocía poder, más allá de su circulación y ventas permanentemente en alza.
Crónica sale a la luz el mismo año que Crítica deja de existir, el 20 de julio de 1963 apareció el diario vespertino Crónica, que ocupó el lugar de Crítica como diario amarillo local. La tirada de este diario creció enormemente llegando a desplazar, en algún momento, a La Razón a ubicar, por primera vez, una noticia policial en primera plana. Las analogías son inevitables. Firme junto al pueblo, encuentra su personalidad, que no es otra que la de Héctor Ricardo García, su creador. Dos golpes de efecto fueron importantes para hacerse su lugar: primero fue el caso de Norma Penjerek, una joven asesinada, un zapatero acusado y un caso explotado al máximo. Luego, un concurso de Pepsi: la bebida publicaba preguntas en los diarios más prestigiosos, entre los cuales no se encontraba Crónica. La gente debía responderlas (eran realmente muy difíciles) y mandarlas por correo para participar por los premios. El concurso causaba furor. Crónica, ni lento ni perezoso, publicaba, cada día, una respuesta diferente. Las verdades de García…“Nosotros nunca editorializamos, no vendemos ni ideas ni análisis. Vendemos la realidad” “Primero está el drama humano del pueblo, la suerte que corran semejantes cercanos. Después una mala noticia internacional.” “Crónica se vende primero por la sección ´Deportes´, después por la información de ´Espectáculos´ y le siguen turf, policiales, juegos de azar, información general y, por último, los temas políticos. En definitiva, Crónica se vende porque habla de los temas de la vida.” “La mejor definición la hacen las agencias de noticias norteamericanas. Cuando mandan un cable encabezan diciendo ´El diario populista argentino Crónica…´.” “El diario y yo pertenecemos a una única ideología: la del Partido Periodista”.
El 4 de mayo de 1971, con 24 páginas y una edición dominical que en ocasiones llevaba el diario a las 48 hojas, aparece lo que para muchos es la mayor creación de la vida profesional de Jacobo Timerman. La Opinión marca una etapa decisiva en el desarrollo de un periodismo que le otorga un singular predicamento al juicio de los periodistas y un nuevo lugar a la información con análisis. “Diez noticias en un día son útiles y comprensibles; cien, soportables; mil, abrumadoras e innecesarias.” “Liberal en lo económico, centrista en lo político, izquierdista en lo popular”. Sobre estos principios de hondo contenido práctico Jacobo Timerman planteó la filosofía de su recordado diario. Pensó un diario analítico, despojado de sensacionalismo, de títulos largos y explicativos y escrito en un lenguaje que fuera más “un vehículo para transmitir hechos e ideas que un campo de experimentación literaria.” La Opinión no pudo trepar más allá de los 50.000 ejemplares, pero tenía ciertas cosas que lo hacían diferente: Artículos siempre firmados que permitían avanzar en un estilo de periodismo personalizado y con el que el lector se podía identificar; áreas temáticas muy definidas que posibilitaban a los lectores convertirse en seguidores de determinados asuntos; según Timerman se adaptaba una costumbre del periodismo inglés que desarrolló para el lector el trato de “Su periodista estuvo”, en esta línea se les solicitaba a los cronistas del diario que cuando elaboran sus cuestionarios pensaran que podía haber tanto un lector fascista como otro comunista; se enrola en un modelo de periodismo europeo con fuerte carga en el análisis y en la crítica culturales y que pone énfasis en secciones como “Política Nacional” y “Política Internacional”.
Jorge Lanatta y Ernesto Tiffenberg, plantearon el contenido de un diario que se proponía “evitar el bombardeo informativo” ya que decían que sólo hay un puñado de novedades diarias que merecen ser registradas y que el resto es relleno. Otros periodistas sumaron su aporte al modelo final del diario: Osvaldo Soriano, Horacio Verbitsky alias “El Perro” y Oscar Iglesias. Página/12 ofreció de entrada costados distintos, como información sobre grupos minoritarios e influyentes en la sociedad; con buen criterio recuperó la importancia de dos secciones poco a poco relegadas en otros medios, “Educación” y “Universitarias”, así como tomó entre sus banderas permanentes el análisis y marcha de asuntos como la Justicia, los militares y la corrupción en el mundo político. Concebido como diario pluralista y progresista, Página/12 fue encontrando su propio camino, al tiempo que provocaba preocupación y movimiento en su competencia diariera. Basado en audacia, falta de censura, aprovechamiento máximo de la libertad de expresión disponible, fuerte compromiso con la democracia y con su afianzamiento, tratamiento de temas que ningún otro diario tocaba, su estilo se difundió por todos lados y preocupó al poder en tiempos de Alfonsín, y más aún en los de Menem, cuando aumentaron las ocasiones de criticar ciertos manejos de la clase política. El diario sufrió atentados, amenazas; se le hicieron enormes cantidades de juicios y algunos boicots publicitarios. Lo diferente en Página/12 es que tiene un estilo periodístico en el que las notas de denuncia tomaban el lugar de la simple crónica de los hechos; importancia de las columnas de opinión firmadas; cabezas eminentemente informativas, en las que el periodista resume en no más de 20 líneas lo que luego desarrolla en la nota; títulos con humor, irreverencia o ironía, basado tanto en paráfrasis de nombres de películas como en dichos populares. Recuadro de tapa: historia muy bien narrada en pocas líneas, que, primero en la jerga interna del diario y después afuera, se conoce como “pirulo de tapa”. Chiste-editorial, en tapa de Rudy y Paz, que retoma la mejor tradición del humor político y popular. La tapa, que ofrece con estilo vibrante y con ideas gráficas distintas (desde dibujos a fotos especialmente producidas, desde resoluciones tipográficas a fotomontajes), los materiales de las páginas 2 y 3. El único medio donde se podían encontrar colaboraciones de Osvaldo Bayer y Juan Gelman, de Mario Benedetti y Eduardo Galeano, de Tomás Eloy Martinez y José María Pasquín Durán, de Eduardo Alberti y Osvaldo Soriano. El diario no creció en páginas, pero sí en suplementos: el “No” para competir con el “Sí”, de Clarín; “Sátira/12”, humorístico; “Cash”, de economía; “Futuro”, sobre ciencia y técnica, y otros que dejaron de aparecer como “Primer Plano” y “Verde”.